Cajero del BCR pide absolutoria por robo pese a que antes aceptó culpa para evitar juicio
Un cajero del Banco de Costa Rica pidió que lo absuelvan por un robo que cometió en el 2013, pese a que hace un año él aceptó la comisión del delito para evitar ir a un juicio.
En febrero del 2022, el Tribunal de Goicoechea lo condenó a seis años de arresto domiciliario con monitoreo electrónico, luego de que el exfuncionario se acogiera a un procedimiento especial abreviado. Esto significa que él admitió los cargos para conseguir una pena menor y librarse de afrontar un debate público y oral.
Sin embargo, presentó un recurso de apelación ante el Tribunal Penal de Apelación de Sentencia Penal. Consideró que "los elementos de prueba recabados ni las premisas probatorias impiden establecer un juicio de certeza".
Además, señaló, "la sentencia impugnada no contiene los requisitos mínimos de fundamentación, por lo que es ineficaz". En ese sentido, ahondó que el Tribunal no indicó en el fallo integral si utilizó o no la prueba testimonial, lo cual -aseguró- violenta sus derechos.
No obstante, en octubre del 2022, el Tribunal de alzada declaró sin lugar el recurso de apelación. Aseguró que, cuando una persona se acoge a un procedimiento abreviado, renuncia "voluntariamente" al juicio y, con ello, a evacuar la totalidad de la prueba.
"De manera libre y voluntaria, después de entender los requisitos para la aplicación del procedimiento especial abreviado, (el imputado) informó que aceptaba la aplicación del mismo y la pena pactada", señalaron los jueces de segunda instancia.
Por lo anterior, "no es de recibo que ahora se reclame que la resolución carece de análisis de prueba testimonial; simplemente debido a que esta no es procedente en el tipo de proceso que se eligió".
Tocó puertas de magistrados
Ante la negativa resolución de alzada, el imputado acudió ante la Sala Tercera para hacer ver las observaciones planteadas.
No obstante, tras la revisión, los magistrados también le declararon inadmisible el recurso de casación, el pasado 3 de febrero.
Con esto, la sentencia -que el mismo cajero aceptó en un principio- quedó en firme. Es decir, ya no hay otra vía recursiva a la que él pueda acudir.
Elaborado por Katherine Chaves.
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