¿Qué podemos esperar del Fenómeno del Niño?

“Este año particularmente iniciamos bajo las condiciones de la fase del Niño. Estamos en la fase neutra y se prevé que lleguemos a la fase ya establecida en su totalidad, a partir de julio”, señaló la meteoróloga Karina Hernández.

Este fenómeno es un suceso climático que se caracteriza por el calentamiento anormal de las aguas superficiales del océano Pacífico tropical. Aunque afecta a muchas regiones del mundo, tiene un impacto significativo en América Latina, incluyendo a Costa Rica.

Sus causas están relacionadas con las interacciones entre la atmósfera y el océano.

En condiciones normales, los vientos alisios soplan de este a oeste, empujando las aguas cálidas hacia el oeste del Pacífico y permitiendo que las aguas frías se eleven en la región oriental. Durante un evento de El Niño, los vientos alisios se debilitan, lo que resulta en una acumulación de aguas cálidas en el este del Pacífico.

Sus principales consecuencias tienen que ver con la distribución de las lluvias y altas temperaturas. La mayor afectación se percibirá en el Pacífico y en la región del Valle Central.

También, podría haber disminución de los recursos hídricos, y afectaciones en la agricultura, ecosistemas y la biodiversidad.

“Yo lo que recomiendo es estar muy pendiente de los pronósticos y proyecciones del IMN y a los sectores productivos que tomen las precauciones según lo que ocurre en sus entornos”, sugirió la experta Karina Hernández.

El cambio en el patrón de los vientos, más acelerados desde el Caribe y que compiten con los que vienen del Pacifico provocará un déficit de lluvias y una disminución de la nubosidad podría permitir un aumento en la radiación solar.