Clan familiar admite que contactaba a hombres por 'apps' para robarles; asfixió a dos de ellos
Jueves, 28 Septiembre 2023.
Escrito por Ana Martha Arce
Con esa aceptación de cargos, evitó ir a juicio y consiguió una pena más baja. En total, los cuatro sentenciados recibieron pena de 126 años de cárcel.
Una banda -conformada por dos hombres, su mamá y su tío- aceptaron que contactaban por medio de redes sociales a varios hombres, con el fin de ganarse su confianza y, luego, robarles.
En dos de los hechos, ese clan mató a las víctimas; en una tercera oportunidad, casi matan al ofendido.
Con esa aceptación de los cargos, el grupo evitó ir a juicio y, con ello, recibir una condena más baja. En total, el Tribunal Penal de Alajuela los sentenció a todos a un total de 126 años de cárcel por los delitos de homicidio, tentativa de homicidio y robo.
Se trata de los hombres, de apellidos Quirós Acosta y Vargas Acosta; su mamá, apellidada Acosta Briceño; y un hermano de ella -y por ende, tío de los muchachos-, de apellidos Briceño Marchena.
Según logró probar la Fiscalía, los hechos ocurrieron entre marzo del 2020 y junio del 2021, cuando los acusados se asociaron para contactar a hombres por medio de redes sociales y aplicaciones de citas, con la intención de ganarse su confianza para luego sustraerles sus pertenencias.
Pero, ¿cómo funcionaba exactamente?
El despacho indicó que Quirós era el encargado de comunicarse con las víctimas. Él usaba identidades falsas y buscaba ganarse la confianza de sus víctimas.
Una vez que eso ocurría, los ofendidos lo invitaban a su casa o, bien, Quirós los invitaba a la de él. Estando ahí, le daba alguna bebida que tenía algún psicotrópico, como benzodiazepinas, para dormirlos.
Cuando los ofendidos estaban ese estado, Quirós se hacía ayudar del resto de imputados para sustraerles bienes como celulares, efectivo, electrodomésticos, artículos tecnológicos, joyas y otros objetos de valor.
Asesinatos
En dos ocasiones, las víctimas opusieron resistencia, por lo que el grupo los asesinó. A los dos los asfixió al taparles la cara con cinta adhesiva.
El primer caso fue el 27 de setiembre del 2020 en San Isidro de Alajuela, donde mataron a Enrique Chaves Benavides.
El segundo crimen se dio el 20 de noviembre del 2020 en Goicoechea. Allí mataron a Keivin Farguharson Mora.
En un tercer momento, intentaron matar a un ofendido utilizando el mismo método; sin embargo, este sobrevivió.
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