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¿Conoce usted cómo funciona el proceso electoral estadounidense?

Viernes, 01 Marzo 2024. Escrito por: Luis Freer

El sistema electoral estadounidense puede resultar sumamente complejo, principalmente porque estamos hablando de un gobierno federal, es decir, una administración central combinada con autoridades locales, en este caso, estados, donde cada uno de ellos puede disponer de sus propias reglas del juego. 

¿Conoce usted cómo funciona el proceso electoral estadounidense?

Si usted nunca ha prestado atención a una de las votaciones más importantes del mundo, o bien, aún no comprende del todo su funcionamiento, lo invito a leer el siguiente artículo. Tome una taza de café, es un viaje largo.  

El pasado 15 de enero el estado de Iowa realizó las primeras Asambleas Partidarias o “caucus”, dando así inicio a un extenso y costoso proceso electoral que culminará en noviembre con las elecciones presidenciales y legislativas. 

El sistema electoral estadounidense puede resultar sumamente complejo, principalmente porque estamos hablando de un gobierno federal, es decir, una administración central combinada con autoridades locales, en este caso, estados, donde cada uno de ellos puede disponer de sus propias reglas del juego. 

Adicional a esto, el método de elección de los candidatos se basa en un sistema indirecto, por lo que el voto de los ciudadanos no es acumulativo a los postulantes, como en el resto del mundo democrático. 

Primarias y caucus.

Lo primero que se debe hacer es seleccionar al candidato presidencial de cada partido y para eso hay que atravesar un proceso de elección primaria. 

Aunque comúnmente se cree que en Estados Unidos solo existen dos partidos políticos, lo cierto es que el espectro de opciones políticas es mayor, pero su visualización para el conocimiento de los electores es la que queda debiendo, y esto podría suceder principalmente porque no todos los partidos toman parte de los debates presidenciales, pero ya llegaremos a eso más adelante. 

Esto es importante tenerlo presente porque son las agrupaciones políticas quienes organizan los procesos estatales, pero en nuestro caso nos estaremos enfocando en la experiencia del partido Demócrata y Republicano.
 
La legislación estatal y los partidos políticos deciden que tipo de procedimiento llevarán a cabo, siendo la primaria y el caucus las dos modalidades de elección y dentro de ellas un amplio repertorio de categorías para su ejecución: elecciones cerradas, parcialmente cerradas, abiertas, parcialmente abiertas, abiertas para no afiliados al partido y las conocidas como los dos mejores (Top Two) o los cuatro mejores (Top Four). 

El sistema de primarias es básicamente como el que se conoce en la mayor parte de los países que realizan elecciones, los votantes acudan a los centros para ejercer el sufragio por el candidato de su gusto, buscando que este se convierta en el postulante presidencial del partido.  

¿Qué son los Caucus?

Los caucus o Asambleas Partidarias, a diferencia de las primarias, se enfocan en la discusión y el convencimiento de los votantes para que apoyen a un candidato en específico. 

Los caucus pueden presentar diferentes procedimientos dependiendo del partido, por ejemplo, en el caso de los republicanos, los electores registrados a ese partido asisten a los centros de votación ubicados en los distintos distritos electorales y emiten su voto por uno de los candidatos, una vez procesados los resultados determinarán de manera proporcional la cantidad de delegados que recibe cada candidato, otro aspecto que abordaremos más adelante.

Para el partido Demócrata, los caucus se tornan un poco más complejo. Los electores acuden a los centros de votación e inician una serie de discusiones a favor de los candidatos para intentar convencer a la mayor cantidad de personas para que apoyen al postulante de su preferencia. Finalizada las exposiciones, los ciudadanos forman grupos en respaldo a cada aspirante presidencial.

Con las masas ya listas se realiza un primer conteo y aquellos que no alcancen un 15 % de los electores deberán desagruparse y congregarse con otro candidato, por decirlo de una manera, apoyar a su segunda opción.

Al igual que los Republicanos, los Demócratas repartirán a sus delegados según los resultados obtenidos en los caucus.
En su contraparte, en las elecciones realizadas con el formato de primarias, algunos estados manejan el formato de “el ganador se lleva todo” (winner takes all), en lugar de repartir a sus delegados proporcionalmente a los votos recibidos, en este caso, quien logre el 50 % de los votos se dejará todos los delegados que están en juego. 

Bienvenidos al Supermartes.

El calendario de las elecciones primarias en los Estados Unidos es bastante extenso, este año inició el 15 de enero con el caucus de Iowa y finalizará el 4 de junio con las primarias de Nueva Jersey, Nuevo México, Montana, Dakota del Sur y el Distrito de Columbia, sin embargo, hay un día que resalta durante toda esta primera etapa y ese es el supermartes. 

El gran día de las elecciones primarias congrega entre 13 y 17 estados de la unión americana, es la noche donde la mayor cantidad de delegados serán repartidos, tanto para demócratas como republicanos. 

El evento es particularmente importante porque puede definir quién terminará siendo el candidato de cada agrupación política. 

Una nota del New York Times de 1980 hace referencia a un primer supermartes, indicando que, en ese entonces, estrategas de Jimmy Carter querían darle la oportunidad de recuperarse rápidamente si llegaba a perder la primaria de New Hampshire ante Edward Kennedy y para tal efecto adelantaron una semana las primarias de Georgia, Alabama y Florida para que se efectuaran el mismo día.

¿Qué son los delegados?

Otra de las particularidades de las elecciones en los Estados Unidos y su sistema de Colegio Electoral, radica en que no son los ciudadanos los que eligen directamente al presidente de la nación. 

En esta primera etapa de primarias y caucus, cada postulante intentará conseguir la mayor cantidad de delegados, los cuales tendrán la tarea de asistir a las convenciones nacionales para votar por el candidato que representará al partido en las elecciones presidenciales. 

En el caso de los republicanos, el candidato que gane la nominación en la convención nacional deberá contar con al menos 1.215 delgados. Por su parte, el candidato demócrata tendrá que conseguir 1.969 para dejarse la nominación en primera ronda. 

Estos números serán válidos para la elección correspondiente al proceso del 2024.

No serían elecciones estadounidenses si no añadiéramos más condimentos a cada una de las etapas del proceso. Los delegados a su vez pueden dividirse en dos categorías, comprometidos y no comprometidos para los demócratas, o vinculados y no vinculados para los republicanos. La diferencia entre ambos es que los comprometidos o vinculados deben votar por un candidato presidencial en particular según los resultados de los procesos de primaria y caucus. Los delegados no comprometidos o no vinculados tienen libertad de elección. 

Superdelegados

Adicionalmente, existen los superdelegados, una figura que también se diferencia entre cada uno de los partidos predominantes.

En el partido Demócrata el papel de los superdelegados es mucho más influyente y determinante que en su contraparte republicana, esto debido a que cuentan con mayor personal con este título, cerca del 15 % del total de delegados. Para los Republicanos este número es menos del 7 %. 

Los superdelegados tienen la libertad de votar por el candidato de su preferencia, un aspecto que se puede considerar contrario a los principios democráticos y que en ciertas situaciones podría terminar siendo determinante para decidir al nominado del partido para las elecciones presidenciales, incluso por encima de la elección popular de las primarias y los caucus.

La figura de superdelegados en el partido Demócrata está reservada para los gobernadores, senadores, congresistas, militantes de larga data del partido, miembros del Comité Nacional Demócrata y expresidentes y exvicepresidentes de los Estados Unidos de dicho partido. 

Los republicanos atribuyen ese derecho a los miembros del Comité Nacional, tres por cada estado y votan acorde a los resultados de los estados que representan. 

Convenciones Nacionales.

Una vez finalizadas las primarias el siguiente paso es proceder a la nominación del candidato presidencial y eso se hace en la Convención Nacional. Llegado este momento es muy probable que ya se tenga claro quién será el elegido, pues los delegados repartidos durante los procesos electorales previos ya son de conocimiento público. 

Puede existir la posibilidad de que ninguno de los candidatos consiga los delegados necesarios para obtener la nominación, en ese caso se procede a votaciones adicionales dentro de la convención y con los participantes presentes, aquí entra a jugar, principalmente en el partido Demócrata, la figura de los superdelegados al igual que aquellos delegados no comprometidos o no vinculados que puedan cambiar su voto y apartarse de los resultados arrojados por el estado o distrito que representan.
 
Las convenciones también sirven como plataforma para que figuras relevantes del partido, así como personajes importantes o reconocidos, den su adhesión al candidato y hablen a favor suyo. 

Un claro ejemplo de esto fue el discurso del expresidente Barack Obama en la convención del partido Demócrata en el 2004 a favor de John Kerry. Muchos especialistas aseguran que esta intervención de Obama fue el inicio de su triunfo en las elecciones del 2008, ya que concuerdan que fue ahí donde se dio a conocer. 

Las convenciones no están exentas de controversia, en el 2016, el partido Demócrata quedó en medio de una gran polémica que terminó con la renuncia de la presidenta del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, cuando una serie de correos electrónicos filtrados por WikiLeaks dieron a conocer que tanto Wasserman como otros miembros del comité intentaron sabotear la campaña del senador Bernie Sanders, en beneficio de su contrincante de ese momento, Hillary Clinton.

Debates Nacionales

Una vez los partidos han seleccionado a sus candidatos inicia la campaña electoral presidencial. 

Como sucede en la mayoría de países democráticos se organizan debates entre los candidatos, Estados Unidos no será la excepción, sin embargo, estos encuentros resultan también otro punto de distancia con respecto a otras naciones, por ejemplo, nuestro país, donde la organización de las votaciones de principio a fin, son competencia del Tribunal Supremo de Elecciones, en Estados Unidos no existe un órgano ni institución pública que realice esta función. 

Para esto se creó en 1987 la Comisión de Debates Presidenciales, (CPD por sus siglas en inglés). Un órgano autónomo e independiente del Estado federal, conformado por representantes del partido Demócrata y Republicano, que se ponen de acuerdo para fijar la cantidad de debates, los temas, las reglas y el lugar donde se llevarán a cabo. 

En el año 2000, la CPD instauró una regla que indica que para que un candidato pueda ser parte de un debate debía alcanzar por lo menos un 15 % de intención de voto en cinco encuestas a nivel nacional, la medida despertó la crítica y el rechazo por parte de los partidos políticos de menor magnitud, los cuales desde entonces han estado muy rezagados en comparación al partido Demócrata y Republicano en cuanto a la exposición en estos escenarios. Cabe destacar que la CPD no recibe fondos federales ni de ninguno de los estados. 

Para las elecciones del 2024, se realizarán tres debates de los candidatos presidenciales y uno con los aspirantes a la vicepresidencia. 

Colegio Electoral


 
Vamos a complicar un poco más el proceso. Como ya hemos mencionado los Estados Unidos utilizan un formato de elección indirecta, esto quiere decir que los ciudadanos no eligen al presidente y vicepresidente de la nación, en su lugar, por medio de su voto en las urnas, designan electores o delegados del Colegio Electoral, los cuales provienen de todos los estados de la unión más Washington D.C. Territorios como Puerto Rico y Guam, no cuentan con representación en el Colegio Electoral. 

Cada uno de los estados posee un determinado número de delegados o electores, la cantidad dependerá de la población que radique en el estado, más dos, que son los senadores que representan a cada estado. Las elecciones del 2024 y 2028 basarán su distribución de electores con el censo realizado en el 2020. 

La distribución de delegados en el Colegio Electoral hace que algunos estados tengan mayor relevancia en la elección de un presidente, ya que el ganador de ese estado se lleva todos los delegados en juego, por ejemplo, el estado de California otorga 54 votos electorales mientras que Dakota del Norte, Alaska, Delaware, Dakota del Sur, Vermont, Wyoming y el Distrito de Columbia otorgan tres votos cada uno, en conjunto estos siete estados representan 21 delegados, ni la mitad de lo que da California. 

Existen dos particularidades dentro de este juego electoral. Maine y Nebraska son los únicos estados que tienen dentro de su constitución la posibilidad de repartir el total de votos electorales que les corresponden, es decir, que no necesariamente el ganador se lleva todo el estado. Así sucedió con Nebraska en 2008, con Maine en 2016 y ambos en 2020. Maine otorga cuatro votos, mientras que Nebraska da cinco. 

En total están en juego 538 votos electorales, el candidato que consiga el número mágico de 270 o más será el ganador de la presidencia.

El número 538 nace de la conformación de escaños de la cámara baja y cámara alta, 435 representantes, 100 senadores y tres votos electorales otorgados a Washington D.C.

Rojos, azules y púrpuras.

Históricamente existen los estados republicanos y los estados demócratas, también conocidos como estados rojos y estados azules, los cuales son bastiones que muy difícilmente gane el partido contrario.

Por ejemplo, Texas ha votado por el candidato republicano desde 1980, mientas que Nueva York vota demócrata desde 1988. A su vez existen los estados bisagra o púrpura, que hacen referencia a aquellos que pueden cambiar de una elección a otra, tal es el caso de Florida, que, en los últimos cinco procesos, en dos los ganó el demócrata y en tres los republicanos salieron victoriosos. 

Estos estados púrpuras son los que en muchas ocasiones terminan definiendo el ganador de las elecciones. En el proceso del 2016, Donald Trump hizo campaña solo una vez en el estado de Texas, mientras que Hillary Clinton no realizó ni un solo evento en California, un estado demócrata, ambos sabían que los votos electorales de esos estados estaban asegurados a su favor, sin embargo, Trump estuvo haciendo campaña en Florida en 36 ocasiones y Clinton viajó a ese mismo estado 35 veces. 

Una de las particularidades más llamativas que tiene el sistema del Colegio Electoral es que no necesariamente gana la persona que consiga más votos, lo que se conoce como voto popular, que es la suma de cada uno de los sufragios conseguidos en todos los estados. 

En las elecciones del 2016, el candidato republicano Donald Trump, consiguió 304 votos electorales y 62 millones 984 mil 829 votos totales, mientras que su rival, la demócrata Hillary Clinton obtuvo 227 votos electorales, pero conquistó 65 millones 853 mil 514 votos, 2 millones 868 mil 683 votos más que Donald Trump, quién finalmente se convertiría en presidente.
 
El sistema de Colegio Electoral ha generado también críticas y de vez en cuando despierta el debate sobre si debe mantenerse o pasar al sistema de voto popular, sin embargo, esa discusión quedará para muchísimo más adelante.

Gerrymandering

Uno de los factores más determinante en los resultados electorales, tanto en la carrera presidencial, como en las elecciones de medio periodo, donde se eligen los miembros de la Cámara de Representantes, entre otros, es el llamado Gerrymandering o “manipulación de distritos”.

Esta práctica consiste en redibujar los distritos electorales y se da después de cada censo de población, el cual también da pie a una redistribución de la cantidad de escaños de la Cámara de Representantes que le corresponden a cada estado. 

Si bien la acción de reorganizar los distritos no es reprobable, pues lo que busca es que la Cámara Baja se asemeje más al país que la eligió, el hecho de marcar las nuevas zonas distritales con la intención de inclinar la balanza a favor de un grupo si lo es, sobre todo si esta se basa en una discriminación racial, así lo consideró la Corte Suprema de Justicia. 

El Gerrymandering intenta crear distritos más conservadores o liberales y se ejecuta de dos maneras, el “cracking” (resquebrajamiento) y el “packing” (empaquetado). 

Cracking

Busca dividir a personas con la misma afiliación partidaria en grupos, los cuales se distribuyen en varios distritos electorales, para que estos voten por los representantes de ese partido en los diversos sectores y de esa manera sumar más representantes de la misma agrupación. 

Packing 

Consiste en agrupar un gran número de simpatizantes del mismo partido político en la menor cantidad de distritos posibles, ocasionando que, aunque ganen en estos distritos, se debiliten mucho en el resto de circunscripciones.

¿Por qué se mantiene el Gerrymandering?

Si bien la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos se ha pronunciado sobre la ilegalidad de la redistribución de los distritos cuando se utiliza la raza como factor principal, este mismo órgano considera que son los legisladores estatales y federales quienes deben crear los marcos regulatorios para que esto no se dé por las razones equivocadas. 

El día de las elecciones.

Las elecciones en Estados Unidos se realizan el primer martes de noviembre cada cuatro años, su extensión territorial, que atraviesa hasta nueve husos horarios, seis en su territorio principal, hace que la noche electoral se alargue por cuatro o hasta seis horas para poder conocer al ganador. Esto si los resultados no son lo suficientemente ajustados que obliguen a un conteo manual de votos. 

Conforme van cerrando las mesas de votación en cada uno de los estados se comienzan a conocer los resultados, iniciando así la repartición de los votos electorales, de esa manera los candidatos empiezan a sumar delegados en busca de los 270 que le den la presidencia. 

¿Qué pasa si ningún candidato logra los 270 votos electorales?

En caso de que ningún aspirante presidencial logre la mayoría en el Colegio Electoral, ya sea porque existe un empate de votos de 269, o bien, que ninguno llegue a los 270, entra en el juego la Cámara de Representantes y el Senado.
 
Antes de adentrarnos en cómo se definiría una situación como esta, entendamos que esto puede ser posible si algún candidato externo al partido Demócrata o Republicano logra conseguir una o varias victorias estatales, llevándose los votos electorales correspondientes. 

Si esto llegara a suceder, la Cámara de Representantes resultante del nuevo proceso electoral tendrá que elegir quien será el presidente de entre los tres candidatos más votados. En este caso cada estado cuenta como un voto, por lo que se deberá conseguir 26 votos, la mitad más uno, para ser presidente. En este escenario el Distrito de Columbia no tiene participación, ya que no es un estado, aunque en el Colegio Electoral otorga tres votos. 

Por su parte, el Senado deberá escoger al vicepresidente de entre los dos candidatos más votados, y quien resulte electo necesitará el apoyo de 51 de los 100 senadores. 

Si los representantes no consiguen llegar a un acuerdo para el puesto de presidente, el vicepresidente electo será quien quede como mandatario y en el caso de que no se cuente tampoco con un vicepresidente para la fecha límite establecida, el presidente de la Cámara de Representantes se convertirá en el nuevo gobernante de los Estados Unidos.
 
Una vez resuelta la elección nacional, el traspaso de poderes se realizará en el mes de enero, propiamente el día 20, donde el nuevo mandatario será juramentado por el presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos. 

Es así como finalmente se completa un ciclo electoral en la unión americana, un proceso largo, complejo y hasta calificado por muchos analistas como poco democrático y elitista, pero que ha logrado mantenerse prácticamente de la misma manera desde su fundación como país. 

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