Jueces a asesino de Luany: Usted la enterró en su casa para sentir que tenía el control de su cuerpo
Tribunal al condenarlo a 35 años de cárcel: Gracias a la cercanía que tenían, el imputado consiguió llevar a la muchacha a la casa donde la asesinó en 2020
La familia de Luany Salazar tuvo que pasar por tres juicios para conseguir la justicia que quería: que condenaran al asesino de la muchacha a la pena máxima por el delito de homicidio calificado; es decir que lo sentenciaran a 35 años de cárcel.
Pero, ¿cuál análisis hizo el Tribunal Penal de Cartago para llegar a esa nueva diposición en contra de Kenneth Mejía Chavarría?
Para empezar, la jueza Jenny Armendariz reprochó el "cinismo" con el que Mejía usó la confianza que le tenía la muchacha para asesinarla en junio del 2020 en Río Azul, en La Unión de Cartago. Recalcó que la cercanía era tal que, incluso, é le hacía regalos de forma constante.
"Eran vecinos de muchos años. Se generó una relación de confianza que, incluso, fue más allá de acuerdo al testimonio que rindió la mamá de Luany (Patricia Zamora). Ella manifestó que usted le hacía regalos, lo que hace ver que había cercanía entre ambos. Esa confianza que cultivó en el tiempo es lo que hizo que Luany lo acompañara hasta su vivienda pese a que eran altas horas de la noche", recalcó la juzgadora.
Entonces, valiéndose de esa cercanía, él pudo llevar a la muchacha hasta un entorno en el que él tenía el control absoluto para poder "cometer esta delincuencia sin ningún riesgo".
"Él conocía la estructura. Sabía que la única persona que estaba ahí era su abuela, que era una persona adulta (...) que tomaba medicamentos y quien tenía un sueño profundo. Entonces aprovecho las circunstancias y llevó a Luany al lugar más distante de la puerta de acceso para acorralarla", narró la jueza, al tiempo en el que aseveró que él "preparó el escenario".
El ataque 'cruel'
Lo que más le reprochó el Tribunal a Mejía fue la manera en cómo la asesinó, empezando por el tipo de arma que utilizó: una arma punzocortante; es decir, un cuchillo.
Para la juzgadora, al imputado "no le bastó" con herirla dos veces en el cuello, pese a que esto le provocó una hemorragia importante.
"No, no le bastó (...) sino que continuó el ataque cruel hiriéndola en, al menos, seis lugares más y marcando su rostro con una herida (...) Parece más una satisfaccion de ver cómo disponía del cuerpo de Luany", fustigó.
Pero ese comportamiento de"satisfacción", la jueza también lo detectó al conocer que el sujeto enterró el cuerpo de la muchacha en el patio de su casa. Aseguró que ese no es un comportamiento usual de los asesinos, ya que, por el contrario, siempre busca deshacerse de lo que pueda vincularlos con el homicidio.
"No es usual que una persona que comete un hecho tan atroz mantenga el cuerpo bajo su control. Usualmente se deshacen y lo tiran en un lugar distante, pero usted lo mantuvo bajo su control y eso hace pensar que era parte de su satisfacción diaria de que usted lo tenía ahí cerca, que usted todavía tenía control de ese cuerpo sin vida", señaló.
Por ese "cinismo" que acompañó a Mejía en todo su actuar es que los jueces lo condenaron a la pena máxima del delito de homicidio calificado, dando así un espacio de tranquilidad a la familia doliente.
Patricia Zamora, mamá de la víctima, agradeció al Tribunal, ya que, a su criterio, por primera vez se hizo una revisión integral del caso. Ella aseveró eso porque, en los dos juicios anteriores, le impusieron penas inferiores: 19 años de cárcel y 25 años.
"No estoy feliz, pero sí conforme con esto. En un principio dije que me quedaba debiendo la justicia, ahora retiro lo dicho. Necesitamos jueces así, vi personas empáticas con la causa, que se importaron por ver cada detalle. Sinceramente estoy muy satisfecha", declaró la mujer luego de conocer el por tanto.
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