Falta de agua favorece compra de productos procesados que compromete la salud
Ausencia de agua potable es una amenaza para la seguridad alimentaria de los costarricenses
Debido a la falta de agua para cocinar, las personas pueden estar optando por productos ultraprocesados como comidas rápidas o enlatadas, no sólo para facilitar la alimentación de las familias, sino para garantizar de cierta manera la inocuidad de lo que se ingiere, lo que inquieta a los profesionales en nutrición.
“Estos productos están cargados de sodio, colorantes, preservantes, grasas y azúcares por lo que potencian o agravan enfermedades de tipo crónico, además de favorecer el sobrepeso y la obesidad, condiciones que ya de todos modos tienen en alerta al país”, agrega la Dra. Mally Vásquez, representante del Colegio de Profesionales en Nutrición.
La Dra. Marcela Dumani, afirma que “al no contar con líquido de calidad para preparar alimentos de manera adecuada, se limita el acceso a una oportuna y completa alimentación, que es la base para contar con un correcto estado nutricional”.
Esto pone en especial desventaja a quienes ya de todos modos viven en inseguridad alimentaria por disponer de una escasa cantidad de dinero para cubrir una nutrición balanceada.
“Quienes ya cuentan con bajos recursos para el rubro de alimentación, con esta situación deben dirigir parte de su dinero a mejorar la calidad de agua, ya sea para comprar embotellada o gastar electricidad para hervirla, lo que restringe el acceso a otros alimentos que necesitan, esto se agrava en zonas costeras en donde se da una mayor demanda de hidratación”, asevera la Dra. Dumani.
El Colegio de Profesionales en Nutrición asegura que “el agua se puede convertir en un vehículo que transporta microorganismos, bacterias o virus que causan una serie de padecimientos de origen gastrointestinal como malestar estomacal, diarrea, vómito y otros síntomas relacionados como fiebre o dolor de cabeza”.
Según la experta, esto se relaciona con la falta de inocuidad de los alimentos ya que estos no son higienizados de manera adecuada, o bien, se preparan con una incorrecta manipulación, que inicia con la falta de lavado de manos o de los utensilios de cocina.
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